"El manejo de Trump en política exterior es peligroso. Estamos más cerca que nunca desde 1939 de una gran guerra"
Hablamos con James McGann, director de uno de los think tanks más influyentes de EEUU, el de la Universidad de Pensilvania. Y se teme que como el presidente estadounidense y el coreano sigan en su línea... puede haber una gran guerra.
Hemos quedado con el 'establishment' del análisis político en persona, el director de uno de los 'think tank' más influyentes de América. ¿Qué rostro tendrá el 'establishment'? Imaginamos a un hombre serio, sombrío, con un traje oscuro y mucha prisa, mirando la hora todo el tiempo. Un hombre distante, que niega rotundamente su condición de 'establishment', casi enfadado.
Pero qué va. Encontramos a un señor muy majo, tranquilo, de tez muy rosada y cabello muy blanco, vestido con camisa azul celeste y pantalón beige. Todo muy claro, amable, transparente. Acepta el calificativo de élite, pero en la terraza de hotel de una Barcelona primaveral invadida ya por turistas, pasaría desapercibido como uno más, pero de los respetuosos, de los que caen bien.
Cuando uno acaba de conversar con James McGann, director del Think Tanks and Civil Societies Program de la Universidad de Pensilvania, sale con la sensación de que los populistas de izquierdas y derechas son malos muy malos y que pueden llevarnos a la guerra y que hay que evitarlos.
De tanto escuchar la palabra "caos" y sirenas de guerra, a uno casi le dan ganas de agachar la cabeza y pedir que le gobiernen los de siempre, sí, los que viven alineados con los mercados para mantener privilegios en las élites y esquilmar al trabajador en tiempos de crisis. El mensaje del miedo surte efecto. McGann no tiene problema en reconocer que prefiere tener "cuantos más amigos poderosos, mejor". Al fin y al cabo aconseja a políticos para retomar el poder y reconectar con el electorado. Y el Banco Mundial ha sido el destinatario de sus últimos estudios.
¿Cómo le explicaría a un ciudadano qué es un 'think tank' y para qué le sirve?
Somos centros de análisis de políticas públicas que intentamos analizar las instituciones y conectarlas con la sociedad. Informamos de las decisiones públicas a las élites y a la opinión pública. Vivimos un momento muy importante en el que tenemos que salir de nuestra burbuja de las grandes ciudades, porque la mayoría de think tanks se han equivocado con cuestiones cruciales y que son peligrosas como la victoria de Trump o el BREXIT.
Usted, en cambio, predijo la victoria de Trump. ¿Cómo?
Pues no fue ni mucho menos porque me imaginara que una persona así pudiera ser presidente de los Estados Unidos. Pero 13 meses antes de las elecciones observé que existía un mar de inseguridad, tanto física en relación al terrorismo, como económica, como de información, con una avalancha de noticias difíciles de discernir si eran reales o no. Ahora parece que la gente sólo confía en los amigos que tiene en Facebook. Trump lo entendió y aprovechó su marca, provocativa y enfadada, para llamar la atención. Su manipulación de los medios funcionó y ahora nosotros debemos aprender a utilizar la tecnología de manera responsable para responder a estos cambios.
Parece que todo el mundo está en contra de Trump. ¿Qué opciones hay de un 'impeachment'?
Tal vez sea difícil probar que cometió alguna ilegalidad en el caso de la influencia de Rusia en la campaña electoral. Pero sí parece que, como pasó en el caso Watergate, su esfuerzo en impedir las investigaciones podría suponer lo que legalmente llamamos obstrucción a la justicia, que sí le expone al cese. James Comey, exdirector del FBI, testificará en los próximos días y eso será muy explosivo, puede ser determinante. Seguro que unos días antes Trump hará alguna declaración pública para desviar la atención, como ha hecho anunciando el abandono de los acuerdos de París para que no se hable de sus fracasos en la reforma del sistema de sanidad y la reforma fiscal. Es un maestro en eso, aunque la gente ya lo empieza a conocer y se está cansando.
¿Y el ' covfefe'?
Eso fue claramente un error. Es lo que tiene tuitear a las tres de la mañana. En el Washington Post y en el New York Times han doblado su plantilla para cubrir la información sobre Trump porque puede tuitear a cualquier hora, 24/7.
Los 'think tank' se equivocaron en sus predicciones y la sociedad también los ve como parte de esa élite desconectada de las preocupaciones de la gente. Por su dureza con los populismos, realmente parece que ustedes prefieran que sigan en el poder quienes han originado más desigualdades en Europa y Estados Unidos.
Es una crítica legítima, pero yo soy crítico por igual a izquierda y derecha. Tengo credibilidad porque en la reciente reunión que organicé en Washington había think tanks de todas las tonalidades políticas. Pero existe un auge en Estados Unidos y en otros países de populismos de izquierdas y de derechas con líderes políticos que son peligrosos, exageran sus promesas y no son capaces de analizar racionalmente las situaciones a la hora de tomar decisiones.
¿Son lo mismo para usted los populistas de izquierda y de derecha?
Sí, para mí no hay una gran diferencia entre Trump y Sanders, están cortados por el mismo patrón pero llevan un traje diferente. Prometen cosas que no podrán cumplir, son proteccionistas e irresponsables desde un punto de vista diferente.
Pero en política exterior y militar son opuestos.
Sí, en eso has dado en la clave de sus diferencias. Pero al final, si en conflictos como el de Corea del Norte Trump reacciona de más, Sanders lo haría de menos. Y se dejaría manipular por una falsa intención de diálogo, que Corea ha demostrado que no tiene. De cualquier forma, el manejo de Trump en política exterior es muy peligroso y puede tener consecuencias catastróficas.
¿Cuando dice catastróficas se refiere a una posible gran guerra?
Sí, estamos más cerca que nunca desde 1939. La mayor parte de las generaciones que vivieron una gran guerra han fallecido, y con ellos se han ido también los recuerdos de los desastres que pueden generar políticos con ideologías peligrosas. Además vivimos en un mundo bipolar, que son los más peligrosos, los momentos en que se viven más conflictos. Está habiendo muchos ensayos militares en distintas partes del mundo, los aviones rusos volando muy cerca de Estados Unidos... Situaciones que pueden derivar en un accidente que podría desencadenar una guerra. Porque muchas guerras empiezan como resultado de un accidente al ir demasiado lejos en ensayos. Si hubiera un choque entre Japón y Corea del Norte, o Rusia entrara en Polonia, Estados Unidos se vería obligado a intervenir.
Recientemente, Macron y Merkel han tenido gestos de acritud hacia Donald Trump que serían impensables con otro presidente. ¿Puede que haya gente en Estados Unidos interesada en generar esta animadversión internacional hacia él? Parece que con él todos se atreven.
En primer lugar, están respondiendo y creo que de una manera constructiva y dejando claro que la alianza es fuerte. En segundo lugar, lo que sí que es cierto es que en un país como Estados Unidos con una clara división de poderes, existe la sensación de que Trump no habla por los Estados Unidos. El Congreso, incluyendo a gente de su propio partido, no está a favor de sus políticas. Y también es un estado descentralizado, de forma que los daños de las políticas de Trump son limitados. Por ejemplo, gobernadores de estados tan importantes como California ya han anunciado que se van a adherir a los acuerdos de París que Trump ha abandonado. Luego están las decisiones de cortes independientes que frenan sus decisiones. En el sistema político estadounidense hay toda una seria de sectores que frenan las decisiones caóticas y problemáticas de Trump.
¿Existe ya una frustración de los votantes con Donald Trump?
Sí, sin duda hay promesas que ya se está viendo que no va a poder cumplir, como la reforma fiscal o la del sistema de sanidad, el 'healthcare'. O los trabajos en Ohio, está claro que no van a volver. Hay que mirar al futuro y esos empleos ya murieron. Como mucho puede tener algo de éxito en la reducción de la inmigración, que ha decrecido un 39% desde que llegó a la presidencia.
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