7 maneras de arruinar una relación casi sin darte cuenta
La primera sugerencia de Google Autocomplete cuando tecleas "las relaciones se" en el buscador es un apocalíptico "las relaciones se acaban". Así, sin anestesia. Una frase lapidaria que pone en evidencia cuál es la mayor preocupación del ser humano respecto a las cosas de pareja.
Porque si algo es evidente es que la mayoría de las relaciones van a terminar tarde o temprano. Es difícil que dure para siempre eso que tienes ahora con esa persona. Aunque tú ahora mismo pienses que seraá eterno.
La realidad es otra. La realidad es que muchas veces las relaciones se van al carajo porque alguien en la pareja comete un pequeño, minúsculo, casi imperceptible error. Un error de baja intensidad, a menudo inconsciente, pero que puede llegar a tener consecuencias catastróficas.
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Para que sepas a qué atenerte, aquí te dejamos una pequeña guía con siete de los fallos más comunes que según la psicología cometemos en nuestras relaciones. Ah, y también las posibles soluciones. No todo va a ser un drama aquí.
1. Tomar distancia de tu pareja
Parece evidente, ¿no? En el momento en el que te distancias de tu pareja significa que algo no va bien. Sin embargo, muchas veces lo hacemos como método de defensa. Cortamos los lazos emocionales con nuestra pareja como una forma de evitar que nos hagan daño. Y no lo decimos nosotros, lo dice un estudio dirigido por psicólogos de la Universidad de Tennessee. La investigación encontró una combinación mortal de dos factores que predicen una insatisfacción en la relación: la sensibilidad al rechazo y la tendencia a cortar a su pareja emocionalmente.
Cuando tenemos miedo de salir heridos, nos distanciamos de nuestras parejas y acabamos provocando lo que tanto temíamos. Una relación poco satisfactoria y con cero comunicación. Pero no te preocupes, la solución es muy sencilla. Simplemente, abre tu corazoncito a tu pareja, cuéntale tus temores y tus preocupaciones. Quizás podáis encontrar la solución a alguna de ellas juntos.
2. Ocultar tus gastos a la otra parte
Lo llamaremos infidelidad financiera. A primera vista no parece tan jodida como unos cuernos convencionales, pero a la larga puede derivar en algo mucho más chungo.
Según una encuesta, dos de cada cinco estadounidenses confiesan que han mentido a sus parejas sobre el dinero, hecho que acaba en peleas, desconfianza y en algunos casos en divorcio. Porque no se trata solo de dinero. Si tienes desconfianza en lo que hace tu pareja con el dinero, eso tarde o temprano se traduce en una falta de confianza en la relación en general. Y así es cómo empiezan las hecatombes.
3. El terrible vínculo imaginario
El vínculo imaginario es un término acuñado por el psicólogo Robert Firestone que describe la ilusión de conexión con tu pareja. El vínculo imaginario reemplaza los sentimientos de amor y pasión por el de la unión, la idea de ser una pareja. Y cambia la cercanía emocional por la adherencia a las rutinas.Eso provoca que pierdas tu individualidad y te conviertas en un parásito de tu pareja.
Si te sientes identificado con esto tan dramático que acabas de leer y crees que has entrado de lleno en el vínculo imaginario, el psicólogo tiene una solución muy sencilla: comenta con tu pareja los miedos a separarte de tu pareja e intentad juntos crear un sistema de comunicación que no consista en estar todo el día pegados como lapas o haciendo tareas rutinarias y aburridas disfrazadas de relación sana y feliz.
4. Decir no a nuevas experiencias
Os habéis convertido en unos ancianos cuyo plan más emocionante y loco consiste en hacer zapping por los canales de televisión y el mayor riesgo que tomáis juntos es comer ese yogurt a medio caducar. Pues bien, investigaciones recientes sugieren que las parejas que intentan hacer cosas nuevas juntas son más felices en su relación.
Por otro lado, la psicóloga Lisa Firestone advierte que si nos cerramos a la hora de desarrollar nuevos intereses compartidos, esta situación puede dañar la relación más que cualquier engaño amoroso.
Así que, por favor, agarra a tu pareja y sal de casa. Busca un nuevo restaurante, compra un vuelo de última hora o cambia el “cine de los miércoles” por el “cine de los sábados”, aunque sea. Quizás así seáis un poco más felices.
5. Despreciar a tu pareja
Esto más que un signo, es una señal luminosa. Un faro que te guía HACIA DONDE NO DEBES DIRIGIRTE.
Según recoge Erin Brodwin en este artículo de Business Insider, las parejas que muestran desprecio hacia el otro tienen más posibilidades de acabar mal. Si vemos a nuestra pareja como alguien inferior, es más probable que la relación acabe.
El primer paso para resolver este conflicto es muy fácil: cultiva el aprecio y el respeto por tu pareja. Y a partir de ahí, encontrar formas más positivas y menos tóxicas de dirigirte a ella. Fácil, ¿no?
6. Mensajes de texto, ¿sí o no?
Un estudio llegó a la conclusión que mientras las mujeres tienden a ser más felices cuantos más mensajes envían, en los hombres es al contrario.
Según los autores del estudio, para los hombres enviar mensajes de texto es una forma de “retirarse” de la relación. Además, en algunas ocasiones, el whatsapp puede ser la peor de las alternativas posibles. Es mucho mejor dejar las conversaciones incómodas para el cara a cara y utilizar los mensajes de texto o el chat para asuntos un poco más banales. Así que, si ves que la discusión se pone seria y no llegáis a una conclusión, apaga el móvil y queda con él o ella. Será todo mucho más fácil. Y de no serlo, no veas el gustazo que da poder gritarse cuatro cosas en persona.
7. Responder a los problemas con silencio
A veces, no nos apetece discutir. Y mientras nuestra pareja nos recrimina cientos de cosas que supuestamente hemos hecho mal, nosotros ponemos el piloto automático, asentimos y no sonreímos (no se vaya a liar aún más). El silencio es una salida socorrida cuando intentamos evitar un conflicto. Sin embargo, en el momento en el que ese silencio se convierte en costumbre, comienzan los problemas. O eso dice este estudio, una investigación que sugiere que las parejas en las que un compañero presiona al otro y solo recibe silencios a cambio son menos felices en sus relaciones.
Este patrón es muy complicado de romper, porque cada uno de las partes cree que la culpa es del otro.Para solucionar esto los expertos recomiendan analizar qué comportamientos individuales contribuyen al problema y empezar a usar estrategias de solución de conflictos más respetuosas con el otro.
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