Llegan a la Tierra intensas ondas gravitacionales de una fusión de agujeros negros gigantes
A Einstein hay que reconocerle su agudeza. Hace un siglo predijo que debían existir las ondas gravitacionales generadas por eventos violentos del Universo, como el estallido de una supernova. Vendrían a ser, para entendernos, distorsiones en el espacio-tiempo con curvaturas como cuando lanzas una piedra al agua. Detectarlas supone ver lo que los ojos no ven. ¿No sería precioso conocer que en algún rincón del espacio ha sucedido un cataclismo?
La pataleta fue que no se detectaban, hasta 2015 que se descorchó el champán. Esta semana hay razones para abrir otra botella. En el Observatorio Europeo de Gravedad (EGO), en Italia, se anunció el registro de nuevas ondas que corresponden a la colisión de dos agujeros negros con masas cercanas a 31 y 25 veces la masa del Sol. Situados a 1.800 millones de años luz, los agujeros pasaron a fusionarse en un más grande -53 veces la masa solar- y enviaron a través del espacio la señal. Las ondas llegaron a la Tierra el pasado 14 de agosto.
NASA Blueshift
Aunque se han detectado en tres ocasiones ondas gravitacionales desde 2015, esta cuarta es diferente: se ha visto en tres observatorios a la vez. Además de con los detectores de LIGO (Observatorio Gravitacional de Interferometría Láser) en Washington y Luisiana, las ha recogido por primera vez Virgo, en Italia. Y desde tres territorios se puede tener una imagen más precisa.
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"Cuando ves cosas desde diferentes ángulos, de repente puedes ver la forma 3D también", dice el científico Andreas Freise a The Guardian. Antes solo se observaban con lo que había detectado un observatorio y era "como si te diera solo una rodaja de manzana, no puede adivinar cómo es la fruta", añade Freise al medio británico. Con tres fuentes diferentes también se puede concretar, con mucha más precisión, "el punto exacto del Universo desde donde llega la señal", manifiesta John Veitch, uno de los autores del hallazgo en un comunicado.
Como si fueran corresponsales en el espacio, las ondas al final cuentan qué, dónde y cuándo ha sucedido una fatalidad.
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