Resuelto: el payaso asesino de 1990 era una mujer que se casó con el marido de la víctima
El 26 de mayo de 1990 fue un día lluvioso en Wellington, en el condado de Palm Beach, Florida. Marlene Warren, de 40 años estaba en su casa del 14570 de la calle Take off Place en el barrio Aero Club, cuando escuchó como llamaban a la puerta.
Al abrir se encontró un payaso la miraba fijamente. Llevaba la cara pintada de blanco, una peluca naranja y una nariz roja. Vestía un disfraz y llevaba en las manos una cesta de geranios y dos globos de helio, uno de Blancanieves y los siete enanitos y otro con las palabras "Eres la mejor".
Tras unos instantes, el payaso sacó un revólver y apretó el gatillo mientras le apuntaba directamente en la cara. Su hijo Joey, que entonces tenía 21 años, estaba con unos amigos en la vivienda. Al escuchar el disparo todos corrieron a la puerta de entrada. Joey pudo ver como el asesino de su madre se subía en un Chrysler LeBaron blanco.
Marlene Warren.
Dos días después Marlene Warren murió en el hospital, pero la policía nunca fue capaz de encontrar al responsable del asesinato, hasta ahora.
Durante casi tres décadas, el que el Miami Herald bautizó como el "crimen del año", estuvo sin resolver. Pero estos 27 años de injusticia e incertidumbre terminaron el pasado martes con la detención de Sheila Keen-Warren por asesinato en primer grado.
El apellido común entre asesina y asesinada no es una coincidencia jugosa para los titulares, ni se trata de un drama entre hermanas. Sheila Keen-Warren es la esposa del que fuera el marido de Marlene, Michael Warren, con quien se casó en 2002 después de muchos años siendo su amante.
Michael y Marlene regentaban un negocio de alquiler de coches. Keen y su esposo de la época, se dedicaban a la compraventa de coches, y solían trabajar juntos. Los vecinos de Keen dijeron a la policía que solían ver a Michael Warren visitando el apartamento de los Keen.
Diario del 27 de mayo de 1990 con el asesinato en primera plana.
A pesar de que la policía de Palm Beach siempre había sospechado que Michael Warren y Keen estaban detrás de la muerte de Marlene, nunca pudieron demostrarlo. "Tenemos dos sospechosos, y son Sheila Keen y Michael Warren", declararon en el primer aniversario de la muerte en 1991.
Ese mismo año, Michael dijo al Miami Herald no saber quién había asesinado a su mujer y no tener una relación con Sheila Keen.
La policía seguía de manos atadas. Las pruebas contra ellos eran puramente circunstanciales: varios testigos aseguraron ver a una mujer que se correspondía con la descripción de Keen comprando un disfraz de payaso, flores y globos iguales a los que el payaso portaba cuando se cometió el crimen. "Coincidencias" insuficientes para encerrar a alguien.
Sheila Keen-Warren tras su detención.
La evidencia que finalmente puso las esposas en las muñecas de Keen se encontraba en el Chrysler LeBaron en el que su hijo Joey la vio alejarse. El auto, que pertenecía a una de las empresas de alquiler de coches de Michael Warren, había sido robado seis semanas antes después de que unos clientes tratarán de devolverlo sin éxito y el propio Michael les dijera que lo dejasen aparcado frente a uno de sus establecimientos.
La policía nunca encontró el disfraz ni el arma del crimen, pero sí descubrió pelo sintético naranja de la peluca usada en el crimen y cabello natural castaño que coincidía con el de Sheila Keen en el coche. De poco servía eso entonces, ya que hasta finales de los 90's las pruebas de ADN no empezaron a usarse regularmente en la criminalística.
La Oficina del Sheriff del Condado de Palm Beach reabrió el caso en 2014, llevando a cabo pruebas de ADN y volviendo a hablar con los testigos. Fue entonces cuando descubrieron que Sheila y Michael llevaban casados desde 2002 y vivían en Tennessee, donde regentaban un restaurante juntos.
Michael Warren.
El martes Keen fue arrestada después de que el 31 de julio las autoridades presentaran ante un jurado las evidencias para acusarla a Keen y lograr una acusación de asesinato en primer grado.
Su marido podrá prepararla para explicarle lo que se va a encontrar en la cárcel. Michael Warren ya pasó tres años en prisión a mediados de los 90 por crimen organizado, manipular el cuentakilómetros de los coches y robo.
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