8 maneras en las que nuestra infancia determina cómo somos de adultos
Hay experiencias de tu infancia que recuerdas fielmente, otras parcialmente y algunas que te las han explicado pero que has asumido como vividas. Pero, sea como sea, han configurado tu identidad como adulto. Ahí van 8 puntos que explican el porqué de nuestra personalidad.
1. El cariño
El trato que te dieron tus padres es un aspecto que condiciona la percepción que ahora tienes de ti mismo. Como indicó la directora de Family Narratives Lab del Departamento de Psicología de la Universidad Emory de Georgia, Robyn Fivush, esto se conoce como la teoría del apego. Si cuando eras un bebé te educaron con cariño, tienes más opciones de ser un adulto con más confianza en sí mismo y con mayor autoestima.
2. El poder de elección
Hay padres excesivamente controladores que no dejan vestir a sus hijos como quieren, tener los amigos con los que mejor se lo pasan o comer los platos que más les gustan. De acuerdo con una consejera de salud mental, Laura JJ Dessauer, si fuiste uno de esos niños, podrías tener atracción por potenciales parejas controladoras que acaben llevando las riendas de la relación.
3. La conexión con papá
Si de pequeño tuviste una fuerte conexión emocional con tu padre, es más probable que, como adulto, tengas relaciones sanas. El investigador principal de un estudio, el Dr. Nurit Nahmani, indagó en esta realidad y apuntó que existe "una conexión definitiva entre la calidad de la relación padre-hijo y las relaciones interpersonales que se tienen más adelante en la vida".
Si cuando eras un bebé te educaron con cariño, hay la tendencia de ser un adulto con más confianza en sí mismo y con una mayor autoestima
4. El arte de imitar
Probablemente, en muchas ocasiones te hacía gracia imitar lo que hacían tus padres. Aunque, en ese momento, no tuvieran demasiado sentido para ti. De este modo, entendiste que hay cosas que tienen un propósito "desconocido". Como dijo en un estudio el psicólogo de la Universidad de Queensland en Australia, Mark Nielsen, esto provoca que hoy seas una persona que tiende a compartir y transmitir cultura a los demás.
5. Los efectos del maltrato
Ningún niño debería presenciar escenas de maltrato, pero ocurre. A partir de una investigación de la Universidad King's College de Londres para la que entrevistaron a 26.000 personas, se evidenció queaquellos que los presenciaron tienen más probabilidades de padecer depresión en su vida adulta.
6. Lo que queda de nosotros después de sufrir bullying
Con el abuso escolar ocurre algo similar que con los maltratos, lo cual se demostró en un estudio publicado en American Journal Psychiatry. Para su realización, entrevistaron a personas británicas, desde los 7 a los 50 años, y evidenciaron que por haber sufrido bullying podrían tener una actitud más depresiva, peores relaciones con los demás y más ansiedad.
Si de pequeño tuviste una fuerte conexión emocional con tu padre, será más probable que, como adulto, tengas relaciones sanas
7. El valor de un amigo
Los amigos de tu infancia influyen más de lo que imaginas en las habilidades sociales que tienes ahora. Para indagar en esta realidad, el Departamento de Psicología de la Universidad de Richmond, en Virginia, entrevistó a 30 niños de 12 años que habían tenido un amigo durante su infancia y a 30 que no lo tuvieron.
Los resultados demostraron que tener un amigo estable y cercano contribuye a aumentar la autoestima y a mejorar la relaciones familiares. En cambio, la falta de amigos puede conducirte a tener un rendimiento académico más bajo, ser susceptible de terminar desempleado o tener menos bienestar mental.
8. Un divorcio prematuro
Si tus padres se separaron cuando tenías entre 3 y 5 años, las secuelas de aquel episodio perdurarán para siempre en tu personalidad. Pero, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Illinois, lo más destacable es que, en un futuro, tu relación con ellos estará cargada de inseguridad.
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