El deporte profesional le declara la guerra a Donald Trump
Como tenía pocos frentes abiertos, ahí va otro. Trump versus NFL. Trump versus NBA. Trumpenconando los ánimos y excitando las pasiones de las principales ligas del deporte-espectáculo en EEUU con su actitud y sus meadas (verbales) fuera de tiesto. Meadas en las que muchos ven un claro trasfondo racial que aviva recientes polémicas no cicatrizadas.
Todo empezó con estas palabras:
Trump calentito en mitad de un mitín en Huntsville, Alabama. Cómodo entre los suyos en el Sur del país, el hombre se viene arriba y se deja llevar. “Que saquen a esos hijos de puta del campo ahora mismo... ¡Fuera! ¡Estás despedido! ¡Despedido!”. Y las venas se le hinchan.
Retórica brava de amigotes y barra de bar, con sello presidencial. Retórica que, además, exacerba los ánimos en torno a una cuestión muy peliaguda y muy caliente en EEUU.
Porque todo el mundo sabe que esos deportistas de la NFL que empezaron a arrodillarse en el momento en el que suena el himno nacional antes de los partidos lo hacen por una razón: denunciar la violencia policial —y judicial— contra la población negra; denunciar las muertes gratuitas de hombres y mujeres negras por disparos de policías blancos que (casi) siempre quedan libres.
Hablamos de gente de color protestando por el trato institucional que se le dispensa a la gente de color. Por eso muchos han interpretado las palabras de Trump como un “Que saquen a esos hijos de puta NEGROS del campo”. Por eso, duele tanto lo que dijo como lo que no le hizo falta de decir.
“Que saquen a esos hijos de puta del campo ahora mismo... ¡Fuera! ¡Estás despedido!”
En su mitín, Trump aludía a “esos dueños de equipos de la NFL”, y esos dueños no se han quedado callados, igual que no han estado callados multitud de jugadores.
Durante todo el día de ayer, Twitter se ha llenado de declaraciones y manifiestos de equipos de la National Football League y de sus mánagers. Todos critican a Trump por sus palabras.
John Mara y Steve Tisch, dueños de los Giants, han tildado los comentarios de “inapropiados, ofensivos y divisivos”. Jed York, cabeza de los 49ers, los ha calificado de “insensibles” y “contrarios a lo que este gran país representa”.
El dueño de los Miami Dolphins también se ha expresado en el mismo sentido, tratando de arrojar algo de luz sobre la raíz del problema. “Nuestro país necesita líderes que unifiquen, no más división. Conozco a los jugadores que se arrodillan y son hombres inteligentes de carácter fuerte que quieren hacer de nuestro mundo un lugar mejor . Querían iniciar una conversación y están haciendo una diferencia en nuestras comunidades. Todos podemos beneficiarnos de aprender, escuchar y respetar al otro”.
También el comisionado en jefe de la NFL, Roger Goodell, ha contestado al presidente a través de un comunicado. “ Comentarios divisivos como estos son muestra de una desafortunada falta de respeto por la NFL, nuestro deporte y todos nuestros jugadores, y un fracaso a la hora de entender la arrolladora fuerza positiva que nuestros clubes y jugadores representan en sus comunidades”, dice.
Trump, lejos de retractarse, ha insistido en su mensaje a través de Twitter. Eso sí, esta vez ahorrándose el “son of a bitch”.
Mientras, más de medio centenar de jugadores de la NFL han anunciado que hoy se arrodillarán cuando suene el himno, aunque nunca antes lo hayan hecho. Por solidaridad con sus compañeros señalados. Y para tocarle las narices al presidente.
Desde el frente del beisbol profesional, el rookie Bruce Maxwell, catcher de los Oakland A's, también decidía ayer sumarse a la protesta y arrodillarse al sonar el himno nacional. Es el primer jugador de la Major League Baseball que lo hace. Y no será el último.
La polémica con la NBA se debe a la manera en la que Trump ha despachado a los Golden State Warriors a raíz de unas declaraciones de Stephen Curry en las que expresaba sus dudas sobre si le agradaría o no acudir a la recepción que la Casa Blanca suele ofrecer al equipo ganador cada temporada.
Recepción cancelada. Trump retira su invitación. Así que los Warriors han avisado que aprovecharán su viaje a Washington para convertirlo en una acción a favor de la divesidad y la integración. De paso le han recordado a Trump que “no hay nada más americano que nuestros ciudadanos usando su derecho para expresar libremente su opinión”.
Mientras, gente como LeBron James salía en defensa de Curry y le recordaba a Trump que el problema... es él.
Ya lo ves. Las palabras de Trump han molestado. Y quizás el malestar se entienda mejor, o las declaraciones del presidente adquieran nuevos matices, si tenemos en consideración un doble dato: la NFL y la NBA son ligas con una aplastante mayoría de jugadores negros, mientras la casi totalidad de propietarios de equipos son blancos.
En la NFL no existe ni un solo propietario negro entre las 32 franquicias que se disputan la liga. En la NBA hay un solo propietario negro, Michael Jordan. ¿Puede ser que Trump no estuviera al tanto de este contexto racial cuando lanzó su pedrada verbal? Lo dudamos.
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